Compararte te paraliza, comprenderte te impulsa
Un recordatorio de que tu camino no necesita parecerse al de nadie para tener valor.
Debido al nivel de conectividad que tenemos, casi cada segundo podemos ver qué están haciendo otras personas: sus avances, sus proyectos, sus logros. Eso puede motivarnos... o aplastarnos.
Compararte es casi inevitable, ves a alguien que ya publicó su libro, que tiene una rutina perfecta, que está creciendo en redes, y te preguntas:
¿Por qué yo no? ¿Por qué voy tan lento? ¿Estoy haciendo algo mal?
Pero aquí va una verdad incómoda:
cada quien corre su propia carrera. Y nadie, absolutamente nadie, va por el mismo camino que tú.
La mayoría de veces, te estás comparando con:
Lo que otros muestran, no con lo que viven.
Un momento específico de otro (su cima), con tu proceso actual (tu valle).
Una narrativa editada, con tu realidad sin filtro.
Esa comparación te desconecta de ti, robando tu energía. Te hace olvidar por qué empezaste y hacia dónde querías ir.
Como volvemos a nuestro ritmo
En este punto compartire algunos recordatorios que pueden servirte y tengas en cuenta.
Define tu propia métrica de éxito, puede ser algo tan simple como publicar algo cada día, terminar tu libro en 6 meses, puede ser algo tan simple como no rendirte hoy. Que el éxito lo definas tú.
Reduce el ruido, haz una limpieza digital. Silencia, deja de seguir, o tómate un descanso de aquello que te drena o te hace sentir insuficiente.
Tu salud mental vale más que el algoritmo.
Celebra tus logros, por pequeños que sean, terminaste una página. Te sentaste a escribir. Avanzaste en una idea. Todo cuenta. Todo suma, mira este post donde extendemos un poco mas el tema.
Recuerda por qué empezaste, vuelve al porque! a esa chispa inicial, gran parte de las veces, el empujón se encuentra en esa nota, en el diario, en las primeras ideas.
A veces aunque lento se avanza! y no hay limite ni competencia.
¿Qué cosa estás haciendo hoy que tu "yo" de hace un año soñaba poder hacer?
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