Es natural querer alcanzar nuestros objetivos y ver el fruto de nuestros esfuerzos, pero ¿alguna vez te has detenido a pensar en cómo idealizamos el logro y, a veces, nos olvidamos del proceso?
Esta idealización puede afectarnos negativamente, dejándonos atrapados en una constante búsqueda del resultado perfecto, y cómo podemos aprender a disfrutar del proceso, dejando atrás la presión de la perfección.
Comenzamos abril reflexionando sobre la manera en que vemos el éxito y la forma en que nos obsesionamos con el resultado final, y esto debido a lo que paso el mes de Marzo tanto en mi vida personal como profesional que me llevo a varias cuestiones, y quizás este boletín sea un poco de toda esa mezcla que tengo en la mente.
Primero necesitamos saber o conocer un poco sobre ¿Qué es la idealización del logro?
La idealización del logro es cuando centramos toda solo en la meta final, olvidando el proceso que implica alcanzar ese objetivo. Pensamos que el éxito es el momento en que finalmente alcanzamos nuestra meta, pero lo cierto es que ese "logro" es solo una parte del viaje.
Seguro que muchas veces escuchaste alguna frase como:
Lo importante es el camino, no el destino.
Esta idealización hace ver el logro al final que da sentido a todo lo anterior, pero en este proceso deberíamos valorar todo lo realizado lo que nos hizo crecer, aprender y superar cada obstáculo que tuvimos.
Enfocarnos solo en la meta es decir el objetivo final puede tener varios efectos negativos.
Cuando estamos obsesionados con la perfección del resultado final, la presión de alcanzar la meta ideal puede generar mucho estrés y ansiedad.
Nos perdemos de los aprendizajes valiosos que ocurren a lo largo del proceso. Si solo estamos enfocados en el objetivo final, no valoramos lo que estamos desarrollando en el camino.
Con el fin de realizar un cambio de chip ten en cuenta los siguientes puntos.
Considera que el éxito no tiene por qué ser solo el resultado final, todo el proceso es tan valioso como la meta.
Debemos de aprender a disfrutar el viaje de esas pequeñas victorias y celebrarlas.
En lugar de enfocarte en grandes objetivos ideales, perfectos aprendamos a establecer metas pequeñas que nos mantengan motivados durante todo el proceso, así celebraremos y tendremos una reducción de presión.
Deja de idealizar el resultado final y comienza a ver el aprendizaje en el proceso. Al hacerlo, descubrirás que el viaje hacia tu objetivo es tan valioso como el mismo objetivo.
Este mes, hagamos juntos un esfuerzo por disfrutar más de lo que estamos haciendo y no solo de lo que esperamos obtener.
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Cuando centramos el tiro solo en llegar, dejamos de prestar atención al camino y a lo que estamos construyendo mientras tanto. Y ahí es donde pasa casi todo...