Esta semana fue un llamado de atención. Uno de esos que no te llega en palabras, sino en síntomas.
Hace días mi vista comenzó a fallar, sentia un dolor sin razón aparente. Y el cuerpo, que venía resistiendo, también empezó a dar señales. No fue casualidad. Fue consecuencia de algo más profundo: un estrés acumulado, silencioso, que decidí cargar en soledad.
El trabajo, la presión, las noticias constantes de un país que no da tregua… todo eso se había metido debajo de la piel, hasta explotar por donde pudo.
Este boletín no es solo un mensaje para ti. También es un recordatorio para mí:
"No podemos cuidar nada afuera si descuidamos lo de adentro."
Por eso, he decidido más que nunca hacer un cambio completo, ajustando más mi alimentación, bajando el ritmo en lo posible, y sobre todo, aprendiendo a no vivir con el estrés como si fuera normal, los boletines hasta el sábado estaban programados es decir ya elaborados por eso no se vio mi ausencia en cambio aun por YouTube no pude retomarlo del todo.
¿La buena noticia?
Que estos cambios son posibles, no estás solo.
Y que si te estás sintiendo sobrecargado, este puede ser también un buen momento para hacer una pausa, reordenarte, y empezar de nuevo.
Tu mente no es una máquina.
Tu cuerpo no es una cárcel.
Ambos merecen cuidado.
Y si hoy sientes que necesitas parar: Para. No hay avance sin descanso.
Déjame tu mensaje de voz a través del siguiente enlace o realiza tu comentario!
Puedes apoyarme directamente comprándome un cafecito o por medio de Patreon desde solo $2 mensuales.
¡Cada aporte me ayuda a seguir creando contenido valioso para ti!
Digno de leer. Gracias
Gracias por compartir estos pensamientos. A la distancia, es un aliviado consuelo saber que hay otos transitando caminos similares por arandiveles distintos.